miércoles, 4 de febrero de 2009

tros como el de ayer contribuirán a




¿Recuerdas? Por la calle, empezaron a sonar
las campanadas que daban las 6 y ese niño señaló la ventana. Pedazo de cencerro tenía la vaca del 7º piso, no me extraña que sonasen tan altas las campanadas. Daba miedo que nos mirase tan fijamente.
¿Recuerdas las cajas? había gatos sacándose los ojos por entrar en esas cajas no mas grandes que la palma de mi mano, como 500 gatos, se metían por la ropa y intentaban peinar a todo el mundo.
Aquella anciana volando con el gorrocóptero, cogiendo al perro enano con la correa, y cuando más alto volaba, más se estrangulaba el perro, era muy gracioso.
Pero lo mejor fue el niño de la vaca.
El niño traumatizado por los 90,
el niño que le pegaba a los gatos.
El niño que era observado por la vaca,
a las seis, en punto.
Y tiene su filosofía, y te ríes, pero la tiene.
No tengo ni idea de que hacia una vaca verde en un 7º piso dando las campanadas, alguien la pondría ahí.
Es inútil pensarlo, entenderlo, créeme
lo he intentado.


Me da igual, hoy estoy contento. Aunque casi pierdo mis llaves.
De pequeño me imaginaba los procesos orgánicos internos como si fuesen espirales y haces de colores. Y desde pequeño siempre he tenido en mente la imagen de una mano agarrando una cara plenamente, metiendo los dedos en los ojos, boca, orejas. En tensión, y la cara mostrando una mueca de horror que cada vez que lo imagino desde entonces parece que le duela más.
He de tener la posibilidad de perder mis llaves más a menudo.

No hay comentarios: