Acabo de pensar que nunca me he visto en la necesidad de decir unas últimas palabras. Me gusta pensar que no voy a dejar de ver a nadie para necesitarlo, doy por hecho que la gente no cambia, o que no va a marcharse. Supongo que me lo planteo de esa manera.
Sería interesante tratar por lo menos de imaginar cuales podrían ser tus últimas palabras, o a quién, o qué o cuántas. Ahora lo pienso y suena hasta tétrico, pero sería interesante.
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