lunes, 14 de julio de 2008

Sulfato de Glucosamina: HESPERCORBIN!!




Los niños entraron al zoo. Fue muy divertido.
El guía les enseñó una jaula y les advirtió sobre los peligros del hombre patacara gris, era una fría y rápida bestia asesina. Un niño dijo que no se veía, y el guía le dijo que era capaz de camuflarse. Otro niño dijo que si ese animal era un elefante, y lo echaron del zoo.
El guía se cabreó y empezó a cantar, luego se bajó los pantalones y depositó unos excrementos que tenía dentro del bolsillo en el suelo.

Un hombre con bigote regaba a los leones. Yo me los imaginaba diferentes, eran como ratones grandes, y se estaban comiendo a una especie de gato enorme y peludo, luego ya no.

También nos enseñaron los gusanos voladores, que repetían palabras como "galleta" o "¡Más fuerte Hal!". Tenían plumas y picos negros y grandes y huesos y destornilladores de estrella.

también nos enseñaron las vacas y las gallinas, y había un perro, y gatitos. Los cerdos comían bocadillos. Una gallina atacó a una de las vacas y la mató. El guía nos ha dicho que ahora la vaca está en el matadero del cielo, y que se la va a comer Dios, y que la gallina la van a sacrificar por lapidación, y que nuestro señor Lucifer dará buen uso de sus suaves y sabrosos cuartos traseros a base de penetraciones gracias a su munición perforante del calibre 5.67, que comparte con la P90.

Luego el guía se sentó en un banco durante 4 horas mientras sonaba música de Strawberry Alarm Clock, pasado ese tiempo se levantó, vomitó sin inmutarse, me cogió de los hombros y me gritó que se había comido a su bebe, y que no se lo iban a quitar, ni yo ni nadie. Me pegó dos bofetadas, me dijo que todo esto lo pasaríamos juntos, y que nada nos separaría, también me dijo que le cerrase la puta boca a mi mochila, que el no la había matado, que ella le provocó, que no se la quería comer, pero le había extorsionado el carapata.


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Una vez soñé, no hace demasiado tiempo (cuando tenía el pelo corto, hará cosa de un año), que me mandaban a un colegio judío
, y le caía mal a la gente, y conocía a una chica. Luego al salir me encontraba con un amigo que me dijo que tenía una casa donde guardaba cosas. Nos llevó a mi y a la chica del colegio judío junto con otra chica que salió de la nada a la casa, que era una semi-chabola de ladrillo de 2x4 de planta, muy vieja y en ruinas, llena de estanterías donde había botes llenos de ranas, saltamontes, arañas, babosas, grillos, hongos extraños.... Luego todos quedábamos para ir a bañarnos a un sitio poco frecuentado que alguien conocía. Por el camino se juntó con nosotros otro tipo que era amigo nuestro, pasamos por un bosque que había detrás de la casa de mi amigo
, luego por un campo de fresas con forma de pasillo de 3 metros de ancho, custodiado por cipreses en todo el largo del mismo. Los trabajadores nos dejaban pasar felizmente. Al llegar a la costa, vimos una casa grande que solo conservaba el primer piso, y en ruinas. El campo estaba rodeado de olivos, y había algunos turistas ingleses, pero solo un par. Nos quedamos allí hasta que empezó el atardecer, y un par de hombres con bigote, muy simpáticos se quedaron con nosotros 5. Luego a una de las chicas y a mi se nos ocurrió explorar las ruinas de la casa, y los hombres del bigote nos acompañaron. En un punto sacaron unas pistolas y me mandaron tocar una pared, acto seguido se abrió una puerta secreta que daba a una habitación donde había un maletín metálico, acto seguido salieron dos zombies de dicha habitación. La chica y yo salimos corriendo, alertando a nuestros amigos, y detrás nuestra los dos hombres con el maletín. Empezamos todos a correr hacia el campo de fresas, que tenía una cuesta de tierra suelta muy alta para subir. Uno de nuestros amigos desapareció, a otro lo cosieron a tiros antes de llegar a la cuesta, una de las chicas murió también a tiros mientras trataba de ayudarla a subir la cuesta. La otra superviviente y yo continuamos corriendo por el campo de fresas, que resultaba estar plagado de alfileres y espinas por completo, y los pies me sangraban y me dolían, pero seguía corriendo cada vez más lento, hasta que lográbamos escapar.

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Veo borroso y me duele el ojo derecho como si me hubiese pegado una hostia hace un par de días, de modo que ni pienso ni voy a corregir ni releer nada de lo que he escrito del tirón.

2 comentarios:

María Magdalena dijo...

Estaba pensando justo en esa canción cuando lo del campo.

Qué bonito.


Tengo que leerlo otra vez, espera.



¿Lo primero también es un sueño tuyo o una historia, o un poco de ambos?

María Magdalena dijo...

Mmmmm déjame pensarlo... ¿Tú?





"uglwanf"

joe, que no soy minusválida :(