lunes, 7 de abril de 2008

De sábado a domingo

- Gadiogs...

Un sonido gutural, casi puedo notar como las flemas burbujean en su garganta mientras se despide. Después cierra la puerta detrás mía y emprendo mi marcha, al ritmo en el que la caja que aún sigue en mi petate da golpes contra su contenido. Mientras pienso en lo raro que se me hace no despertarme un sábado con resaca y volver a casa antes de las cuatro, devuelvo un saludo a unas anglosajonas vestidas de conejo del playboy en plan cutre.

Subo los tres pisos y abro la puerta.

-¿Qué cojones haces en el ordenador a las dos y cuarto? ¿No habrás cerrado lo que tenía abierto?
-¿Te vas a poner tu?
-Sí, estaba viendo una película antes de irme, y la quiero terminar de ver. Ahora te aviso y te acuestas, o te acuestas en el salón
-Vale, espérate un plis



Un flash de luz me echa el aliento frío en la cara, como venganza le robo una botella de Coca-cola, y me vuelvo a preguntar de nuevo lo que les habrá incitado a hacer ahora las pegatinas de las botellas tan cutres. Examino los restos y doy por perdida una cena aceptable, de modo que arranco un trozo de pan y lo ducho en aceite.

Apago la luz, me siento delante del haz mortecino del monitor, enciendo la lámpara y hurgo entre lo que tengo encima del escritorio para hacer hueco a la rata. No voy a necesitar los cascos, ni la banda sonora de Gente Pez, ni la de Gladiator, ni el diccionario de griego. Agarro un papel escrito de mi puño y letra y leo por encima: Una mente abierta carece de enfoque. La tolerancia es un signo de debilidad. Una mente desconfiada es una mente sana. El desdén es mi armadura. Lo tiro sobre el montón de cosas que se van acumulando, cayendo sobre el director's cut de Donnie Darko, el tomo 3 de Ebichu y una cinta métrica. Pongo el Ecce homo y Porno sobre mi cama. Me tiro sobre el escritorio y cierro los ojos.




Vaya mierda de sábado.
Me despierto y miro la hora, 5:56 am. Acaricio a la gata que se ha dormido en mis piernas mientras yo lo hacia sobre la mesa y la pongo en la cama. A continuación me tumbo sobre la cama y duermo una hora más.

1 comentario:

María Magdalena dijo...

"Una mente abierta carece de enfoque. La tolerancia es un signo de debilidad. Una mente desconfiada es una mente sana. El desdén es mi armadura."



Joder, esto ha sonao orwelliano, te ha faltao poner debajo "la guerra es la paz, la libertad es la esclavitud, la ignoriancia es la fuerza".




Osea que, ¿Buen sábado, eh? Al menos tú puedes salir a la calle, aunque en la calle haya guiris vestidas de conejitos...







(Sigue al conejo blanco :D)